“Rumiar, rumiar y rumiar”
La palabra rumiar se deriva de “rumen”, la panza o zona gástrica de almacenamiento de las vacas y otros animales rumiantes. Es “ruminare” el que significaba primitivamente “rumiar” la hierba los rumiantes, y con el tiempo en latín desarrolla la idea de murmurar entre dientes y dar vueltas a las cosas.
Si cuando vendes tu mente “rumia y rumia” pensamientos negativos, obsesivos, determinísticos y malsanos, de seguro tu venta se irá al traste.
El proceso de ventas exige estar “aquí y ahora” , por tanto, es muy importante hacer “silencio” cuando vendemos. De igual forma es necesario concentrar nuestros 5 sentidos en el proceso, y focalizar nuestra mente y nuestra energía en entender, comprender, empatizar y escuchar al otro. (sin “rumiar”).
“Rumiar” pensamientos es muy común si no estamos entrenados para evitarlo. Entrenarnos exige disciplina , pasión, amor por la causa y, un sentido de humanidad enorme, además del apoyo de un mentor.
Recordemos que vender es un acto espiritual, un acto de amor , por tanto, es necesario “aquietar-nos” en el buen sentido de la palabra: Aquietar la mente, aquietar el cuerpo, aquietar el espíritu. Todo esto coadyuva a que estemos en consonancia con el cliente, y con el proceso que realizamos.
Estar en “armonía” mente y cuerpo – el ser- es de lejos la actividad más importante al vender. Si logramos este estado, seguramente nuestros resultados mejorarán y, sentiremos paz y tranquilidad al hacerlo.
Y tú ¿Eres un “rumiador” de pensamientos cuando vendes? ¿Rumiar es tu palabra favorita? ¿Haces algo para evitar conjugar este verbo? ¿Entiendes que “rumiar” entorpece el proceso de ventas? ¿Te entrenas mental y físicamente para estar “aquí y ahora” cuando lo haces?