Este viejo y conocido refrán popular, “alude a la indiferencia ante la necedad de los otros. Aconseja no prestar atención ni molestarse por comentarios ajenos e impertinentes que no buscan nuestro bien ni constituyen observaciones dignas de tener en cuenta.” (Fuente: Google).
Cuando escuchamos “seudo-vendedores” que se jactan de saber vender, sin tener un método, o si ostentar entrenamiento profesional, creo es mejor, para no dañarse el “espíritu”, aplicar este dicho: “A palabras necias , oidos sordos”.
El buen vendedor, el vendedor idóneo, el que es competente y honra su profesión, se prepara, estudia, se actualiza, pregunta, es inquieto, indaga, mejora, avanza, es decir, honra su profesión.
El que no lo es , solo piensa en “extraer de la billetera de su cliente el dinero que hay”. Sumemos a esto, que no leen, no ven videos , no indagan, no son inquietos, permanecen en su zona de confort, desdeñan la disciplina y, por último, son egocéntricos a rabiar.
Vender es toda una profesión. Exige una altísima preparación, pasión, amor por la causa y, la firme convicción de que cuando lo hacemos , servimos a otro ser humano.
La venta significativa en el contexto digital actual en que vivimos, requiere desarrollar competencias de:
Empatía, inteligencia emocional, comunicación asertiva, alto nivel de escucha y , una humanidad que se alce y se deje acontecer frente a la alteridad.
Y estas son palabras mayores. Minimizar la profesión de ventas, porque no es “vocacional”, o porque no se encuentra en un “currículo” universitario , es como querer “ocultar el sol con las manos”.
Y tú ¿Sientes que vender es una profesión? ¿Te preparas como un profesional? ¿Tienes claro que vender es un acto de humanidad? ¿Crees en la humanidad del cliente? ¿Honras tu profesión de ventas?